Quinta de las hijas de su padre, Fátima sólo había conocido una infancia de juegos y felicidad. Demasiado joven para interesarse por las luchas de poder en el interior del harem, solía pasar sus días paseando por los jardines, jugando con sus mascotas o hermanas, o escuchando las audiencias del rey, su padre. Hasta ese día en que fue llamada a audiencia, y le comunicaron su próximo viaje en compañía de su tío Maslama, hacia el norte, tierra de infieles.
Cuando por fin llegó a la antigua alcazaba, lo que más le llamó la atención fue el fuerte olor que despedían los cristianos, muy distinto de los perfumes y ungüentos que se usaban en el harem. Caminaba unos pasos detrás de su tío, envuelta en un velo de seda que ocultaba sus rasgos al mismo tiempo que le permitía observar y estudiar esta nueva corte.
No entendía nada de lo que su tío Maslama hablaba con el infiel, un hombre terrible, enorme y vestido con un manto de lana basta, sin colorear apenas, con la cara casi completamente cubierta por una espesa barba. Su cuerpo apenas pudo retener un escalofrío cuando la miró, y quedó petrificada cuando su tío la ordenó levantar el velo, a fin de que el infiel pudiera verle el rostro.
2 comentarios:
Espero y confío en que será una historia de amor libre, sin coacciones, sin condiciones e intereses por medio...
Fátima...
Intuyo que será mí heroína.
...
...
Será una gran historia de amor... Últimamente, parece que no me sale otra cosa...
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