Han pasado veinte años y te he vuelto a
encontrar, aunque pasaste a mi lado sin reconocerme. Mi pelo es mucho más
blanco, mi cuerpo mucho más fofo y con más achaques, mi cara se ha arrugado y
ya no me conociste. El tiempo también ha pasado por ti, tu cuerpo se ha
ensanchado, tus caderas son más rotundas y tu pelo conserva aún ese tono
castaño de nuestra juventud, con el mismo peinado en media melena que siempre
te dejaba un mechón flotando sobre tus ojos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario