Lumia había estado pensando en las vacaciones durante las últimas semanas de colegio. Ese era su año final en el internado, y con 17 años muchas de sus amigas ya tenían novio formal y hablaban de sus próximas bodas, o de las cosas que harían con sus novios durante el período estival. Unas pocas, como Lupita Moyano, pensaban ir a la universidad, estudiar unos años hasta conocer a un guapo marido y casarse. Alguna, como su amiga Nines, se debatían entre vivir en el mundo o entrar de novicia en un convento, cosa que no agradaba mucho a sus padres según lo que contaba...
Lumia no había hecho planes de futuro. No tenía un novio que la estuviera esperando a la salida del internado (las comunicaciones con Franco se habían agotado muchos meses atrás), ni lo quería tener; tampoco tenía la inquietud intelectual de estudiar en la universidad, a pesar de ser una chica inteligente y curiosa. Sin embargo, desde hacía días tenía una extraña inquietud, el deseo de volver a la casa de sus abuelos se había ido acrecentando poco a poco, y ahora ansiaba volver a pisar las calles de Algena
1 comentario:
Ahahá! preparando el terreno eh??? ;-)
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