miércoles, septiembre 26, 2012

Ese lugar de dónde nunca querré irme

Los veo desde mi ventana, sentados en un banco del parque, abrazados y ajenos a todo. El huidizo sol de este día de primavera los ilumina de vez en cuando, pero ellos no parecen conscientes de su inconstante calor, solo lo son el uno del otro. Los observo durante unos momentos, preguntándome qué podrán decirse, qué será eso que tanta gracia les hace… las carteras están también juntas, rosa la de ella, azul con vivos colores la de él. Debieran estar en el colegio, por la hora del día, y sin embargo han decidido pasar ese tiempo juntos, en un banco de un parque, unidos por las manos y quién sabe si también por los corazones…

Desvío la mirada. Los recuerdos que me traen son demasiado dolorosos y los vuelvo a enterrar en el fondo de mi alma. Y sin embargo… Su foto sigue mirándome por la noche, nunca tuve el valor de alejarla de mis sueños; su perfume aún aparece en mi armario de vez en cuando, cuando alguna de sus ropas se cruza con mis manos; su voz se oye en la casa, cuando la noche es fría y mis lágrimas no pueden quedarse quietas…

Los veo desde mi ventana, felices y ajenos al paso del tiempo, inmortales como solo el amor de otra persona puede hacerte…

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