La noche sigue siendo mi refugio. Durante el
día me confundo con el resto de los mortales, con toda esa gente que camina por
las avenidas, que llena el Corte Inglés de voces y sudor, que se esparce por
las calles como una marea viviente desde los centros de oficinas… Durante el
día soy igual que otros miles de rostros, cansados, ojerosos, deseando terminar
una jornada de trabajo que a muchos no llena.
Pero cuando el sol se oculta tras los
edificios, cuando el calor del asfalto comienza a ceder, y las luces de
ventanas y farolas se encienden, me transformo. Desaparece la apatía que me
domina en las horas de luz, mis músculos se estiran y piden ejercitarse, mi
ojos se agrandan y se preparan para la búsqueda, el resto de mis sentidos se
afila como los de un animal…
En la oscuridad cazo. Busco a mis presas entre
aquellos que aún no han regresado a sus casas, entre los oficinistas que
permanecen más tiempo del debido en sus trabajos, entre las señoras de la
limpieza de regreso a sus hogares, entre los agentes de la ley patrullando por
las calles de mi ciudad… Durante los fines de semana mis garras se clavan en
jóvenes que disfrutan de la penumbra de bares y discotecas, de aquellos que
buscan sexo rápido en las calles, de los que intentan olvidar sus penas en un
vaso de alcohol o en el contenido de una jeringa…
Soy el miedo que te atenaza en las sombras, la
visión que te paraliza el corazón en callejones oscuros, tu peor pesadilla… ahora
al 21%.
3 comentarios:
Es cierto ¿que tendrá la noche que acentúa los miedos? por el contrario el amanecer los atenúa,y la llegada del día hace que pasen a otro plano, están, pero menos presentes, probablemente porque su predominio en la mente es menor en el día.
Una forma muy poética la tuya al hablar del miedo.
Beatriz
Qué clase de cobardía es esa que espera al ocaso para materializarse??A mí me ha dado miedo, y a la vez placer, cuando el porcentaje alcanzado ha sido el '204'... Llámame masoca... :/
La noche es el terreno de lo desconocido, donde nuestros sentidos no sirven, por eso es el momento del miedo...
El placer, en cambio, puede venir acompañado del crujir de una cubierta bajo tus pies...
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