Y sin embargo señor, no has dejado de probarme
cada día, primero con temor a la muerte, haciendo que nuestros barcos
encallasen en aquella malsana bahía, donde los mosquitos y la enfermedad
diezmaron nuestras filas. Cuando bien te plugo pudimos avanzar a terrenos más
salubres, dónde me tientas con los placeres de la carne y la codicia, poniendo
ante mí grandes y apetitosos manjares y enormes riquezas. Todo esto, señor, he
soportado para gloria tuya, permaneciendo fiel a los preceptos de la fe. Pero ay,
habías de ofrecerme la tentación final, sabedor de mis debilidades. Señor, oro
y riquezas no quebrantarán mi espíritu, pero mulatas, señor, mulatas…
lunes, abril 01, 2013
Acto de fe
Yo, señor, no soy malo. Durante los años que
me has otorgado he intentado siempre seguir tus enseñanzas, llevar la verdad de
tu iglesia a mis semejantes. Tras muchos años de penitencia y oración en el
convento, escuché tu llamado y me alisté en esta gran aventura, dejando tras de
mí lo poco que poseía. En la travesía oré y medité en soledad, ya buscando una
señal tuya para mi destino, ya para proteger los navíos de la furia del mar.
Desde mi llegada a estas tierras no ha habido un solo día que no te glorificase,
tanto de palabra como de obra, mientras vivía entre los infieles que pueblan
estas naciones: he bautizado, dado comunión e instruido en la fe de tu iglesia
a cientos, llevando sus almas al redil de la Santa Iglesia Católica, para
gloria tuya.
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4 comentarios:
Ójala ganes :)
Gracias, ojalá ganes tú :)
no podeis ganar los dos!
(Tengo mal puesto ese acento,voy a ganar un concurso, JÁ! Grrrr....)
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