jueves, marzo 21, 2013

Playa

Unas piedras pulidas y brillantes, fragmentos de conchas de miles de formas y tamaños, nácar, algas, percebes, mejillones, unos cangrejos boca arriba, un gran madero negro, casi fósil, incrustado en la arena como si un marinero lo hubiera usado como ancla de un barco imaginario, huevas de escualo, medusas infantiles, pequeños trozos de vida que se secan en la parte alta de la marea, peces, peces que recorren la playa, patrullando como celosos guardianes de sus tesoros…

Arena, arena húmeda, arena seca, arena en mis zapatos, arena en mi abrigo, arena en mi alma, recordando, viendo otro momento en esa misma playa, otro instante…

Plástico, grandes pedazos de vidrio verde, hilos de una red de pescar sin barca ni marino, una chapa de una bebida exótica, una suela de bota que se fue a caminar por sí sola, un mechero que no dará más luz ni calor, un trozo de vaso con agua de mar invitando a la fiesta, unos coloridos cordeles enrollados en un montoncito por la mano de un niño…

Aire, aire que te despeja, aire que te hace recordar, viento que te trae las voces de las gaviotas, del pino que te mira ceñudo en la ladera, aire que lleva las gotas de lluvia hasta ti, que transporta tus sueños, que los eleva y los vuelve a dejar en tu alma, oxígeno y yodo que curan tus heridas, calman tu dolor y refrescan tu pena…


-      ¿Qué trae el mar, padre?
-      Restos de naufragios, hijo, solo restos de naufragios. 

2 comentarios:

Candas dijo...

Qué maravilla...

Teo dijo...

Gracias...