miércoles, septiembre 08, 2010

Lumia acababa de cumplir trece años y ya odiaba al mundo

Encerrada en su habitación, con la llave puesta, Lumia recordaba cómo había sido su vida, en el día de su trigesimotercer cumpleaños. Y no le gustaba. Las peleas entre sus padres habían sido constantes en los últimos años, y no lograba comprender por qué no podía tener una familia normal, como el resto de sus amigas: un padre trabajador, alto y fuerte, que regresara a casa con una sonrisa, y una madre cariñosa y maternal, siempre con la respuesta correcta a sus problemas. El hecho de que sus padres fueran famosos, y ella la envidia de sus amigas por ello, no le compensaba.

Ninguno de los dos iba a estar en su cumpleaños, ya lo sabía, aunque los dos le habían dado sus regalos el día anterior. Su padre estaba ocupado en la inauguración del enésimo hotel de la cadena familar ("Esto es importante, cariño, tengo que hacerlo", le había dicho), mientras su madre se encontraba en el extranjero, rodando otra película quién sabe dónde ("tengo que aprovechar esta buena racha, ya tendremos tiempo de estar juntas" le había dicho años atrás, cuando le preguntó por qué nunca estaba en casa). Siempre era así. Las veces que coincidían los tres en casa los gritos y recriminaciones eran la tónica habitual, y ella se encerraba en su cuarto, llorando bajo la almohada para no escuchar cómo se destrozaba su familia.

Lumia no lo sabía, pero su mundo iba a cambiar de forma drástica...

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