lunes, mayo 13, 2013

No dejes que se vayan

Partidos de fútbol en el recreo, aquellos tercero contra cuarto, cuarenta chavales y una pelota en un descampado… El primer baile agarrado, tieso y nervioso, sintiendo el olor de la chica y su calor tan cerca, tan cerca… El mar cristalino y cálido, la sensación de que tu cuerpo quiere subir hacia arriba, que quiere perder la verticalidad… La brisa en lo alto del cerro, refrescando un sudor honrado, producto de una subida hecha a fuerza de querer llegar, de ver desde arriba… Un bocata de calamares en El Tres, con una caña de cerveza, pagado con el dinero que ganas tú… Asomarse al mar en un acantilado, sentir el viento empujándote hacia tierra y las gaviotas volar por debajo de ti… Un rato con los amigos, risas y comentarios, ver, observar, disfrutar, sentirse parte de algo… Observar un rostro querido mientras duerme y acariciar su piel, sabiendo que al despertar dirás “te quiero” y ella sonreirá…

Son buenos momentos, momentos que se atesoran en la memoria. Cuando la memoria falla, entonces hay que hacerlos visibles en otro lugar, para que no mueran, para que lo que sentí entonces no desaparezca…

Por eso escribo.

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