sábado, noviembre 19, 2011

Dosis de vida fugaz

El río abarcaba casi un kilometro de orilla a orilla en aquella parte de su cauce. Habíamos pasado ya la zona de rápidos, creada por el estrechamiento del curso del rio al llegar a las primeras estribaciones de las montañas, cuando el agua salía con gran velocidad de una estrecha garganta para expandirse en un lento remanso unos kilómetros más allá. Se decía que el río en esta parte de su recorrido seguía el trayecto que el mismo Heracles le había puesto después de su titánica lucha con el dios del río, y su victoria sobre el mismo; le obligaba a horadar con fuerza la roca antes de poder descansar en el último tramo del viaje hacia el mar. Los rápidos expresaban la alegría del dios fluvial por haber terminado el paso por la zona más laboriosa de su camino.

Llevábamos ya varios días de ruta desde que me desperté en la choza, y apenas había cruzado una docena de palabras con Pandora, que seguía manejando el timón con una soltura que debo confesar que me admiraba, no era fácil dominar la corriente en estas aguas. Continuaba molesto con ella por haber utilizado sus malas artes para conseguir mi ayuda en esta empresa, pero en el fondo sabía que la aventura me tentaba desde el primer momento, y muy posiblemente le habría dicho que sí tras mucho discutir.

Desde nuestra salida de Azzin habíamos seguido el Camino del Norte, una antigua carretera que cruzaba el continente hasta las estepas heladas cercanas al Círculo Polar. En esta época del año no había muchos viajeros, el comercio con las minas de hierro de Vridujarorg se había detenido durante el invierno, y los pocos comerciantes que iban y venían entre las ciudades de interior apenas ya usaban el camino. Dejamos la carretera en Heidkreuzt, pasando de puntillas por la cercana Selva Negra, y tras un par de jornadas de viaje llegamos al río. El plan era aprovechar el curso del río hasta el Ponto y de ahí buscar un barco que nos acercase hasta las estribaciones del Cáucaso, siguiendo a pie hasta Kadath, la ciudad en el cielo, último punto de la civilización antes de las tierras altas. Al menos, esa era la teoría…

1 comentario:

Candas dijo...

Tuve que tomar 'biodramina' durante la lectura, sobre todo en el último párrafo. Demasiado resumido: varios días de ruta? un par de jornadas de viaje hasta que llegaron al río??...
Qué nos hemos perdido entremedias, Huelquén???

Habrá quien te alabe el gusto al escribir este relato. Yo no.

Por qué tienes tanta prisa? ¿?